Sinaloa | Norte
“Se nos está metiendo el agua”, temor que vive cada que llueve la familia de José Ernesto
Esta familia integrada por 6 personas, dos adultos y 4 menores de entre los 2 y 14 años, ha buscado por años apoyo social para la construcción de una vivienda segura, pero, siempre, queda fuera; por lo que cada año revive el temor a la temporada de lluvias.

FOTO: Martín Ruiz.
Los Mochis, Sin.- Aunque la lluvia es un recurso muy valioso para la prosperidad de la región, hay familias que le temen, debido a que sus hogares están construidos de lámina de cartón, retazos de madera y hule negro; materiales sumamente endebles e incapaces de ofrecerles seguridad y refugio.
Este es el caso de la familia de José Ernesto Ortiz Romero, vecino de la comunidad de Vinaterías, El Fuerte, y de oficio jornalero.
Asegura que en varias ocasiones ha aplicado en diversos programas sociales para la obtención de apoyo para la construcción de una vivienda digna y que les brinde una mejor calidad de vida. Sin embargo, año tras año, él y su familia quedan fuera de éstos, a pesar de la notable necesidad.

“Sí, se nos está metiendo el agua, ya tiene tiempo que estamos así… batallando, porque uno vive del campo y para arreglarlo batalla uno. Muchas veces pide ayuda uno al municipio y no nos apoyan, ya tengo mucho tiempo que me han dicho que me van a hacer vivienda y las viviendas arrancan para un lado y para otro lado, pero menos para donde realmente se requiere”, dijo a Luz Noticias.

Ortiz Romero señaló que es imposible para él comprar materiales más resistentes, pues con el salario que obtiene del campo debe sacar adelante, primeramente, a sus hijos de 2, 7, 13 y 14 años; y no le queda lo suficiente para adquirir siquiera láminas más fuertes.
Su vivienda es un pequeño cuarto de pedazos de lámina de fierro y de cartón, algunas partes de madera y el techo cubierto por varios metros de hule negro. Durante el día su hogar se convierte en un verdadero horno por el plástico en el techo, sin embargo, dice, es la única opción que tiene para evitar que sus hijos se mojen con las lluvias de esta temporada.
Ante la situación que vive, José Ernesto, pide el apoyo de las autoridades municipales, estatales o federales, los cuales, asegura, conocen su caso pues ha aplicado a todos los programas sociales y ninguno lo ha ayudado.
Ernesto y su familia son tan pobres, que ni siquiera cuentan con un teléfono análogo. Los menores también enfrentan problemas para estudiar durante esta pandemia de Covid-19, y esta incomunicación también es un obstáculo para que puedan recibir beneficencia.
Pero, si usted gusta apoyarlos, puedo acudir personalmente a su hogar y corroborar las condiciones raquíticas en las que viven en la comunidad de Vinaterías. Se llega bajando por la calle del expendio azul y girando a la derecha al llegar a la “y”, siguiendo la calle hasta llegar a un campo abierto y frente a éste se ubica la casa, la cual sobresale por su humildad en la construcción.
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