México
Taste Atlas califica a esta bebida mexicana como las peores del mundo
La reconocida guía gastronómica en línea, que calificó esta bebida tradicional del sur de México, como una de las peores del mundo.

FOTO: Luz Noticias.
México es una potencia gastronómica indiscutible. No solo presume de una cocina reconocida por la UNESCO como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, sino que se mantiene constantemente en los primeros lugares de los rankings culinarios internacionales.
Sin embargo, no todo lo mexicano es visto con los mismos ojos por la crítica global. Así lo demuestra la más reciente lista de Taste Atlas, la reconocida guía gastronómica en línea, que calificó al Pox, una bebida tradicional del sur de México, como una de las peores del mundo.

Una bebida con historia sagrada
El Pox (pronunciado "posh") es mucho más que un trago fuerte. Para las comunidades originarias mayas del estado de Chiapas, esta bebida tiene un profundo significado espiritual. Se utilizaba —y aún se emplea— en rituales de sanación, rezos y ceremonias de cohesión social. Es, en esencia, un símbolo cultural vivo.
De acuerdo con la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER), el pox es un destilado artesanal cuya receta se ha transmitido de generación en generación.
Su elaboración tradicional incluye:
- agua de manantial
- caña de azúcar
- maíz
- piloncillo
- salvado de trigo.
No obstante, en muchas comunidades también se enriquece con infusiones de hierbas aromáticas como la hierbabuena, el romero o el laurel, e incluso con frutas locales como el tejocote, el nanche, la zarzamora o el durazno.
A pesar de tener una base alcohólica, su sabor no es abrumador ni agresivo. Esto lo convierte en una bebida versátil: puede tomarse sola o emplearse como base en cocteles contemporáneos. Su apariencia también varía. El pox natural es cristalino, mientras que las versiones infusionadas adquieren matices y aromas únicos.

Un juicio severo desde el extranjero
A pesar de todo este trasfondo histórico y cultural, Taste Atlas colocó al Pox en su lista de las bebidas peor calificadas del mundo. La guía, que funciona como un atlas global de sabores tradicionales, se apoya en reseñas de usuarios y expertos para crear sus rankings.
En este caso, el pox fue duramente juzgado por los paladares internacionales, que tal vez no lograron comprender su riqueza sensorial y su propósito ritual.
El listado generó debate entre los internautas, muchos de los cuales señalaron que estas calificaciones no representan de forma justa la identidad culinaria de un país. Y es que, aunque Taste Atlas se ha posicionado como una plataforma de referencia, sus rankings también dependen de percepciones subjetivas y no de estándares técnicos o científicos.
Una contradicción agridulce
Lo curioso es que mientras el pox recibe críticas, otros cócteles mexicanos gozan de gran prestigio en la misma plataforma. Un ejemplo es el cóctel "Vampiro", que obtuvo una calificación de 4.3 estrellas sobre 5, posicionándose entre los mejores tragos del país según Taste Atlas.
El Vampiro es una bebida vibrante y potente, compuesta por tequila, jugo de naranja, jugo de lima, jugo de tomate (o granada, dependiendo de la versión), salsa picante, sal, pimienta y jarabe de granadina.
El resultado es un cóctel de color rojo profundo, que remite visualmente a la sangre, de ahí su nombre. Esta mezcla, aunque moderna, también refleja el ingenio mexicano al combinar ingredientes locales con técnicas de coctelería creativa.
Más allá de las listas
El caso del pox abre un debate más amplio sobre cómo se evalúan los sabores tradicionales desde plataformas globales.
¿Se puede juzgar una bebida sagrada con los mismos parámetros que un cóctel urbano? ¿Debe importar más el sabor o el simbolismo? Lo cierto es que el pox, con su historia ancestral y su complejidad artesanal, no necesita la aprobación de ninguna lista para seguir siendo un emblema de identidad para los pueblos mayas.
México, en su diversidad, ofrece un abanico de sabores que difícilmente pueden encapsularse en rankings. El gusto es subjetivo, pero la historia y la cultura que hay detrás de cada alimento y bebida merecen ser respetadas y comprendidas. Y en ese sentido, el pox tiene un lugar irremplazable.
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