Opinión
"El desafío fiscal de México: millones registrados, pocos cumplidos"
Balance General
04/21/2025
En el complejo entramado de la administración tributaria mexicana, las cifras revelan una paradoja: México cuenta con más de 81 millones de personas físicas activas en el padrón del SAT, pero apenas 3.9 millones presentan su declaración anual. Esta brecha, tan abismal como preocupante, refleja un sistema fiscal que aún lucha por conciliar inclusión con cumplimiento.
El crecimiento del padrón de contribuyentes es, sin duda, un logro institucional. La digitalización del SAT, la incorporación obligatoria de jóvenes al RFC y las políticas para formalizar a trabajadores independientes han ampliado la cobertura fiscal. Pero una cosa es estar registrado, y otra muy distinta es cumplir cabalmente con las obligaciones fiscales.
¿Por qué apenas el 5% de los contribuyentes activos presenta su declaración anual? La respuesta es multifactorial. En primer lugar, muchos asalariados están exentos de esta obligación por ley —lo cual es razonable—, pero también existe un segmento amplio que no declara por desconocimiento, temor, o simple apatía. El sistema fiscal mexicano sigue siendo percibido como complejo, engorroso y poco accesible para el ciudadano promedio.
Además, la percepción de que "declarar es perder" aún persiste, cuando en realidad, para muchos contribuyentes con ingresos moderados, presentar la declaración anual puede traducirse en una devolución significativa por concepto de deducciones personales: gastos médicos, colegiaturas, seguros y más. Pero esta oportunidad es subutilizada.
El reto para el SAT no debe centrarse únicamente en aumentar el número de registros, sino en transformar al contribuyente pasivo en uno proactivo. Eso implica educación fiscal desde edades tempranas, incentivos reales a la formalidad, y un sistema transparente que garantice que los impuestos se reflejan en servicios y desarrollo.
También es necesario modernizar la narrativa en torno a la cultura tributaria. Declarar no debería ser visto como una carga, sino como un acto de responsabilidad cívica y, en muchos casos, una oportunidad de recuperar parte del ingreso retenido.
El futuro del sistema fiscal mexicano no depende únicamente de la tecnología o las sanciones, sino de la confianza. Mientras millones estén registrados pero ausentes del cumplimiento, la estructura seguirá siendo frágil. La solución no es ampliar el padrón, sino fortalecer el compromiso. Porque un sistema tributario fuerte no se mide por cuántos están en la lista, sino por cuántos están realmente en regla.
CPC, LD y MI Gilberto Soto Beltrán
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