México
Isla Tiburón un espectacular santuario natural, muy cerca de Sinaloa
La isla más grande de México ofrece naturaleza virgen, cielos estrellados y un contacto íntimo con los pueblos originarios.
FOTO: Luz Noticias.
A tan solo 117 kilómetros de Hermosillo, en las aguas del Mar de Cortés, se encuentra un santuario natural y cultural poco conocido: la Isla Tiburón. Considerada la más grande del país, esta joya insular combina paisajes desérticos, biodiversidad única y el legado ancestral del pueblo Seri.
Isla hermosa:
Históricamente enigmática, la isla fue registrada por primera vez en 1539 por el capitán Francisco de Ulloa, quien no reconoció en ese momento que se trataba de una isla. Durante siglos, se creyó que formaba parte del continente.
- Hoy, este lugar es una reserva ecológica protegida por su frágil ecosistema y su relevancia cultural.
Especies naturales:
La Isla Tiburón es hogar de especies como el borrego cimarrón, el venado bura y aves como el águila pescadora. Sus dunas costeras, matorrales áridos y aguas cristalinas del Mar de Cortés han valido al lugar el apodo de "el acuario del mundo", donde tiburones, mantarrayas y peces multicolores conviven bajo la superficie marina.
Pero más allá de su riqueza biológica, la isla representa un pilar espiritual y cultural para los Seris o comcaac, en su lengua originaria, quienes mantienen sus raíces vivas a través de leyendas, técnicas de pesca tradicionales y un vínculo profundo con la tierra.
Las comunidades de Punta Chueca y El Desemboque son el punto de partida para quienes desean explorar esta experiencia con respeto y conciencia.
Para ingresar a la isla, es indispensable contar con un permiso otorgado por las autoridades Seri y contratar guías autorizados. Esta regulación busca proteger tanto la naturaleza como el legado cultural que define a este rincón del noroeste mexicano.
La mejor temporada para visitar es de octubre a abril, cuando las temperaturas son más templadas y la fauna está más activa. Una de las experiencias más apreciadas por los visitantes es acampar bajo un cielo libre de contaminación lumínica, donde las constelaciones parecen cobrar vida.
Isla Tiburón no es solo un destino turístico: es un espacio donde la naturaleza y la historia caminan juntas, recordándonos el valor de preservar lo que aún permanece intacto.
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