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¿Caducaron tus alimentos? Esto sabemos si los puedes comer o no
La recomendación general: observar, oler y probar con precaución, más allá de la fecha impresa.

FOTO: No todas las etiquetas pueden pasarse por alto.
Revisar la fecha de caducidad de los alimentos es un hábito cotidiano, pero también una fuente de dudas: ¿realmente es peligroso consumir un producto "vencido" o solo pierde frescura? La respuesta no siempre es clara y, de hecho, especialistas aseguran que gran parte del desperdicio de comida proviene de la confusión con estas etiquetas.
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Más calidad que seguridad
Las fechas impresas en los envases suelen indicar cuándo el alimento mantiene su mejor sabor o frescura, no necesariamente el momento en que se vuelve dañino para la salud. Según la organización ReFED, dedicada a combatir el desperdicio, cada año se tiran hasta 3 mil millones de kilos de comida en Estados Unidos debido a esta confusión.
El único producto con etiquetado regulado a nivel federal en ese país son los preparados para lactantes; en el resto, cada empresa decide cómo calcular la vida útil de sus productos, ya sea con modelos matemáticos, pruebas en condiciones extremas o, en muchos casos, copiando a la competencia. El resultado: falta de coherencia. Dos productos casi idénticos pueden mostrar fechas de caducidad muy distintas.
El etiquetado también depende de las normas estatales, lo que genera un panorama caótico. Por ejemplo, Montana exige que la leche tenga una caducidad de 12 días tras la pasteurización, mientras que Pensilvania permite hasta 17 y Nueva York no pide ninguna fecha. Situaciones similares ocurren con los huevos, mariscos o encurtidos caseros.
"Esto crea sistemas de distribución y envasado muy complejos y confusos", explicó Yvette Cabrera, del Consejo para la Defensa de los Recursos Naturales. Una encuesta de 2025 reveló que 43% de los consumidores desecha alimentos próximos a caducar o ya vencidos, aunque aún puedan consumirse.

¿Qué significan las etiquetas?
Los expertos recomiendan conocer las diferencias entre los términos más comunes:
- "Consumir preferentemente antes de": se refiere a la calidad del alimento.
- "Vender antes de": sirve a los minoristas para rotar inventario.
- "Caduca el" o "consumir antes de": son las fechas a las que conviene prestar mayor atención, sobre todo en productos perecederos.
En general, los congelados pueden durar hasta un año; los condimentos y conservas sin abrir se mantienen en buen estado durante varios años; los huevos refrigerados aguantan de tres a cinco semanas; y los lácteos entre una y tres semanas después de abiertos.
Cuándo sí debes tener cuidado
No todas las etiquetas pueden pasarse por alto. La carne cruda, los mariscos, los quesos y lácteos no pasteurizados, los alimentos infantiles y los preparados en tienda son los más delicados.
"Una vez en casa, lo ideal es consumir aves en uno o dos días y carnes rojas en un máximo de cinco días", advirtió Meredith Carothers, especialista en seguridad alimentaria del USDA. Además, los refrigeradores domésticos deben mantenerse a menos de 4 grados Celsius para garantizar la conservación.

No es una estafa, es un lío
Especialistas como Emily Broad Leib, de la Universidad de Harvard, sostienen que el problema no es una "estrategia comercial" para vender más, sino la falta de regulación uniforme. "Más gente que nunca está confundida con palabras como ´consumir antes de´. ¿Se trata de seguridad o de calidad?", cuestionó.
La recomendación general: observar, oler y probar con precaución, más allá de la fecha impresa, y guiarse con recursos confiables como la aplicación FoodKeeper del Departamento de Agricultura de Estados Unidos.
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