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¿Qué santo se celebra hoy? Santoral del jueves 1 de mayo de 2025
En el primer día de mayo se celebra a dos santos de la Iglesia Católica bastante famosos: San Jose Obrero, padre adoptivo Jesús, y a San Jeremías
FOTO: ¿Qué santo se celebra hoy? Santoral del jueves 1 de mayo de 2025
El 1 de mayo se celebra a dos famosos santos de la Iglesia Católica quienes todo fiel creyente ha oído hablar de ellos.
El portal oficial del Vaticano detalla que en el primer día del mes de mayo se recuerda a San José Obrero, quien fuese el padre adoptivo de Jesús, y a San Jeremías, uno de los Profetas del Antiguo Testamento.
Historia de San José Obrero
San José fue el padre adoptivo de Jesús y esposo de la Virgen María, según los Evangelios, quien fue un hombre justo y trabajador, quien es venerado como modelo de padre, esposo y obrero. Su figura representa la humildad, la fe silenciosa y la dignidad del trabajo humano.
Descendiente del rey David, estaba comprometido con María cuando ella quedó embarazada por obra del Espíritu Santo. Un ángel en sueños le reveló el origen divino del embarazo, y José aceptó su misión sin dudar, de hecho, su obediencia silenciosa lo convirtió en custodio de la Sagrada Familia.
San José era carpintero, herrero y artesano, por lo que enseñó su oficio a Jesús, quien fue conocido como "el hijo del carpintero". En varias representaciones, Jose simboliza la dignidad del trabajo manual, no para enriquecerse sino como servicio, sustento y participación en el plan divino.
Los Evangelios no mencionan a José durante la vida pública de Jesús, lo que sugiere que murió antes, además de que tampoco se conoce el lugar ni la fecha de su muerte, ni su sepultura.
El Papa Pío XII instituyó la fiesta de San José Obrero el 1 de mayo de 1955, como respuesta cristiana al Día Internacional del Trabajo. Antes, en 1870, el Papa Pío IX lo proclamó Patrono de la Iglesia Universal.
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Historia de San Jeremías
San Jeremías fue uno de los cuatro grandes profetas del Antiguo Testamento, junto a Isaías, Ezequiel y Daniel. Nació en Anatot (cerca de Jerusalén) y predicó en el reino de Judá durante uno de los períodos más críticos de la historia de Israel.
Llamado por Dios desde joven, Jeremías anunció con valentía la destrucción del Templo de Jerusalén y el cautiverio del pueblo en Babilonia.
Sus advertencias lo llevaron a ser perseguido, rechazado y encarcelado, pero nunca abandonó su misión profética.
El Libro de Jeremías, el número 30 del Antiguo Testamento, recoge sus profecías, oraciones, lamentos y diálogos con Dios.
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