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Papa León XIV y León XIII: Un parecido que desafía el tiempo

El parecido entre León XIV y León XIII va desde la apariencia física, hasta los ideales y los retos que enfrentan.

Axel Estrada
18/05/25

Papa León XIV y León XIII: Un parecido que desafía el tiempo

FOTO: Luz Noticias.

De frente amplia, cejas en arco y mirada serena, el nuevo Papa no solo heredó el nombre de su antecesor León XIII, sino al parecer, también su rostro. Desde que fue electo el pasado 8 de mayo, la figura del Papa León XIV ha generado sorpresa y curiosidad no solo por su origen estadounidense y su naturalización hispanoamericana, ni ya sea por su dominio impecable del español, sino por su asombroso parecido físico con uno de los pontífices más emblemáticos de la historia moderna de la Iglesia católica.

Al cardenal Robert Francis Prevost, ahora León XIV, lo eligieron como el Papa número 267 de la Iglesia y lució visiblemente emocionado al saludar por primera vez al mundo desde el balcón de San Pedro en una fecha que, como luego se reveló, contenía diversos simbolismos.

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Conforme pasaron los días, comenzaron a surgir comparaciones inesperadas entre él y la propia historia de la Iglesia. No eran solo los fieles quienes lo celebraban y abundaban en el tema, sino también medios especializados, historiadores e incluso sacerdotes notaron la similitud.

Al observar con atención su rostro, muchos quedaron impactados por las coincidencias entre él y su antecesor en nombre: una frente despejada, las cejas elevadas, una nariz recta y esa expresión serena que les remitía inmediatamente a Gioacchino Pecci, el Papa León XIII.

Señales místicas entre León XIV y León XIII

Y como si de una señal mística se tratara, lo más fascinante de este paralelismo no se detuvo en la apariencia física. La conexión entre ambos se profundiza a niveles simbólicos y espirituales, pues León XIII, nacido en 1810, fue testigo de los desafíos sociales de la Revolución Industrial que marcó un antes y un después en la Iglesia con la encíclica Rerum Novarum (1891), piedra angular de la Doctrina Social católica; fue reconocido por su defensa de los trabajadores, su sensibilidad ante los pobres y su apuesta por una Iglesia que no se mantuviera ajena a los dilemas del mundo moderno; todo eso lo convirtieron en una figura visionaria.

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En tanto que León XIV, desde su primer discurso, dejó claro que ese legado no era ajeno a su misión. Frente al Colegio de Cardenales, recordó la importancia de Rerum Novarum y subrayó que la humanidad enfrenta hoy un desafío comparable: La irrupción de la inteligencia artificial en la vida humana. En esta comparativa, podemos apuntar que es una nueva revolución, esta vez digital, la que plantea interrogantes éticas, sociales y laborales de enorme complejidad en donde, al igual que su antecesor, León XIV parece decidido a colocar a la Iglesia en el centro del debate sobre el futuro de la humanidad.

Las fechas juegan en las coincidencias entre León XIV y León XIII

Y como si los vínculos entre ambos Papas no fueran ya notables, los hechos y las fechas parecen haber querido sumar una dosis extra de misticismo más de coincidencias (¿o no?). El 8 de mayo, día en que León XIV fue elegido, coincide con dos eventos de profunda carga simbólica. En 1887, León XIII coronó canónicamente la imagen de Nuestra Señora de Luján, patrona de Argentina, Uruguay y Paraguay, una devoción especialmente fuerte en el mundo hispanoamericano. Pero además, ese mismo día, la Iglesia celebra la Súplica a la Virgen de Pompeya, una advocación mariana muy querida por los pontífices italianos.

En su primer mensaje público, León XIV hizo referencia explícita a esta devoción al mencionar: «Hoy, el día de súplica a la Virgen de Pompeya, nuestra Madre María quiere siempre caminar con nosotros, estar cerca, ayudarnos con su intercesión y su amor». Un claro guiño directo a las raíces espirituales que también marcaron el pontificado de León XIII, quien elevó el santuario de Pompeya a Basílica Pontificia en 1901.

Así, las similitudes entre Leon XIV y Leon XIII parecen ir más allá de lo que algunos califican como una inspiración de parte del nuevo papa sobre su antecesor. Algunos creyentes afirman que es un posible ejemplo de reencarnación y repiten que la historia, a veces, encuentra formas misteriosas de repetirse.

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