Sinaloa | Sur
Playas vírgenes del Caimanero se convierten en un basurero y cementerio de tortugas en El Rosario
En la playa se ha encontrado una gran cantidad de microplásticos, envases, bolsas, y restos de tortuga
Su falta de vigilancia permite que la contaminación crezca sin control
Las playas del Caimanero, ubicadas al sur de Sinaloa, en el municipio de El Rosario, deberían ser un refugio natural y virgen; sin embargo, hoy está en crisis por el alto nivel de contaminación que registran y la falta de cuidados.
Estas playas actualmente registran la presencia de microplásticos y la muerte de tortugas marinas que han sido halladas a la orilla del mar.
Este grave deterioro ha sido denunciado por usuarios a través de redes sociales, donde imágenes recientes muestran lo que muchos temían, la transformación de este paraíso costero en un basurero.
Las fotografías evidencian no solo grandes cantidades de residuos esparcidos por la zona, sino también el cuerpo de una tortuga en estado de descomposición; sin duda, una escena desagradable y de impacto ambiental que no puede ignorarse.
Uno de los principales focos de preocupación es la contaminación por microplásticos, objetos abandonados como mangueras, envases, bolsas, dejados tras eventos masivos, especialmente durante temporadas vacacionales como Semana Santa.
De hecho, algunas enramadas utilizadas en esa fecha aún permanecen instaladas, deteriorándose sobre la arena.
Mangueras, lonas, estructuras improvisadas y basura sin recoger se han convertido en un paisaje habitual que atenta contra la biodiversidad marina.
¿Quién cuida las playas?
El Caimanero es una playa poco intervenida por el desarrollo turístico, lo que debería ser una ventaja ecológica; sin embargo, su falta de vigilancia y falta de cultura de la misma ciudadanía, permite que la contaminación crezca sin control. Lejos de ser una playa de acceso masivo, su valor reside justamente en su naturaleza v
Ante esta situación ciudadanos han comenzado a exigir mayor atención, así como campañas de limpieza y programas de educación ambiental permanentes que eviten repetir este escenario año tras año, ya que si bien el daño ya está hecho, aún hay tiempo para evitar una catástrofe ecológica mayor.
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