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El Faro de Mazatlán: un espectáculo natural en temporada de lluvias que pocos han visto
Cuando llueve en el Faro Maztlán, el cerro del Crestón se transforma en un paraíso natural
El Faro te espera con un espectáculo que solo la naturaleza puede ofrece
Con 336 escalones que desafían la resistencia de cualquier visitante, el Faro de Mazatlán es uno de los atractivos turísticos más emblemáticos del puerto; sin embargo, durante la temporada de lluvias, este atractivo turístico se transforma en algo más: un verdadero paraíso natural, cubierto por una densa vegetación que pinta de verde el Cerro del Crestón, y que regala postales inigualables a quienes se atreven a subirlo.
Aunque el ascenso al faro ya es todo un reto físico por las elevadas temperaturas que se registran en la ciudad, hacerlo durante la lluvia es una experiencia extraordinaria que requiere precaución, pero también promete una recompensa visual única.
Recientemente, una usuaria de TikTok identificada como Marilyn captó un momento que pocos han presenciado: las escaleras de El Faro convertidas en un cauce natural por donde bajaba el agua de la lluvia.
El video, que rápidamente se viralizó en redes sociales, muestra cómo las corrientes bajan desde lo alto del cerro, creando un espectáculo natural que deja sin aliento y que transforma este sitio turístico en una verdadera joya visual.
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El fenómeno, aunque hermoso, no está exento de riesgos.
Las escaleras mojadas pueden representar un peligro de resbalones o caídas, por lo que Protección Civil recomienda tomar medidas preventivas si se planea visitar el faro en días lluviosos o altas temperaturas. Entre las recomendaciones destacan:
- Usar calzado deportivo con buena tracción.
- Vestir ropa cómoda y ligera.
- Evitar subir si hay tormentas o altas temperaturas.
- Mantenerse hidratado y no forzar el cuerpo si no se está en buena condición física.
A pesar de los cuidados que se deben tener, ver el faro de Mazatlán durante la lluvia es, sin duda, una experiencia única.
El verdor que lo rodea, el sonido del agua bajando y el aire fresco del mar crean un ambiente casi mágico que contrasta con la imagen habitual del sol ardiente y el calor intenso.
Este rincón de Mazatlán, más allá de ser un atractivo turístico, se convierte en un recordatorio de la riqueza natural del puerto y de cómo la temporada de lluvias puede darle una nueva vida a los paisajes conocidos.
Si estás de visita en estos días, no lo pienses dos veces, súbelo con precaución, pero con los ojos bien abiertos. El faro te espera con un espectáculo que solo la naturaleza puede ofrecer.
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