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Zoológico de Culiacán: La aterradora leyenda de "Don Panchito" y el chimpancé
Esta historia, contada una y otra vez por los trabajadores y visitantes del Zoológico de Culiacán, se ha convertido en una de las leyendas más queridas y conmovedoras de la ciudad.
Entre los árboles del Parque Constitución y los pasillos del Zoológico de Culiacán, se cuenta una historia que ha pasado de voz en voz durante generaciones. Es la leyenda de "Don Panchito y el chimpancé", un relato que mezcla ternura, tristeza y un toque de misterio, y que muchos aseguran forma parte del espíritu del lugar.
Según cuentan los trabajadores más antiguos, Don Panchito era un conserje muy querido que dedicó su vida al cuidado de los animales del zoológico. Entre todos, tenía un cariño especial por un pequeño mono que había nacido en el recinto. Lo alimentaba todos los días, lo abrazaba, le hablaba con cariño y lo trataba como si fuera su propio hijo.
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El tiempo pasó y el monito creció, mientras que Don Panchito envejecía y comenzó a enfermar. Aun con dificultades, seguía visitando a su amigo todos los días, pues el lazo entre ambos era muy fuerte. Sin embargo, un día el conserje no volvió. El animal, triste, se negó a comer y permanecía cabizbajo, como si presintiera lo que había sucedido.
Poco después, se supo que Don Panchito había muerto víctima de un paro cardiaco. Desde entonces, el velador del zoológico asegura haber vivido algo inexplicable: una noche, bajo la luz de la luna, vio la figura de un hombre que se acercó a la jaula del mono, entró sin dificultad y comenzó a acariciarlo y arrullarlo, como solía hacerlo el conserje.
El velador no sabía
El velador, sin saber que Don Panchito había fallecido, le gritó en tono de broma:
"¡Oye, por qué no te lo llevas a tu casa! ¡Mira que venir tan noche!"
Al día siguiente, junto al mono aparecieron varios plátanos dentro de la jaula. Cuando los encargados de alimentar a los animales escucharon la historia, le respondieron al velador en tono de burla:
"Sí te vamos a creer... el conserje murió la semana pasada, ¿a poco no sabías?"
Fue entonces cuando el hombre comprendió que, quizás, aquella noche había sido testigo de un acto de amor más allá de la vida. Desde entonces, muchos aseguran que el espíritu de Don Panchito sigue rondando el zoológico, cuidando a sus animales y, especialmente, al chimpancé que tanto quiso.
Esta historia, contada una y otra vez por los trabajadores y visitantes del Zoológico de Culiacán, se ha convertido en una de las leyendas más queridas y conmovedoras de la ciudad.
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