¿Qué santo se celebra hoy? Santoral del viernes 15 de agosto de 2025

Este viernes 15 de agosto, la Iglesia Católica celebra a dos santos jóvenes recordados en la historia cristiana por su fe y valentía,  San Estanislao de Kostka y San Tarsicio. 

De acuerdo al portal del Vaticano, ambos murieron siendo apenas adolescentes, pero su entrega total a Cristo los convirtió en símbolos de amor y fortaleza espiritual.

¿Quién fue San Estanislao de Kostka?

Estanislao nació cerca de Cracovia en 1550, hijo del príncipe Kostka, jefe militar y Senador del reino de Segismundo Augusto. 

A la edad de 14 años fue enviado a estudiar a Viena en el Colegio de la Compañía de Jesús, recién fundado. 

Antes de llegar al colegio, Estanislao pasó por Czestochowa, en donde vivió con su hermano Paolo y su tutor, pero la convivencia fue difícil: porque él llevaba una vida austera muy diferente a su hermano. 

Durante esos años estudió intensamente, y vivió el Evangelio, pero todo cambio durante una grave enfermedad, en donde vivió dos noches que marcarían su destino:.

En la primera noche, santa Bárbara y dos ángeles le llevaron la Eucaristía; y en la segunda, la Virgen María le permitió abrazar al Niño Jesús, curándolo milagrosamente. 

A pesar de estos signos, su familia seguía oponiéndose a su vocación, lo que lo llevo a huir de casa y caminar durante veinte días hasta Dillingen, Alemania, donde fue recibido por los jesuitas y enviado a Roma para comenzar su noviciado.

Murió repentinamente el 15 de agosto de 1568, día de la Asunción, con solo 18 años y siglos después, fue canonizado en 1726 y declarado patrono de los novicios y de la juventud.

¿Quién fue San Tarsicio?

Tarsicio era un joven acólito que frecuentaba las catacumbas de San Calixto en Roma en el siglo III. . 

Un día, se ofreció para llevar la Eucaristía a los cristianos encarcelados, confiando en que su juventud le permitiría pasar desapercibido.

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Sin embargo, en el camino fue interceptado por un grupo de jóvenes paganos que, al notar que escondía algo bajo su manto, intentaron arrebatárselo. 

Tarsicio prefirió ser golpeado a muerte antes que le quitaran las Hostias Consagradas. Agonizante, fue ayudado por un oficial cristiano, que lo llevó con un sacerdote, pero falleció, mientras entre sus manos aún tenía la Eucaristía.

Una antigua leyenda sostiene que, tras su muerte, no se encontró el Santísimo Sacramento en su cuerpo, pues la Hostia se había unido a él.

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