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¿Qué tan saludable es comer ajo y qué consecuencias trae a tu cuerpo?

¿Eres amante del ajo? Esto es lo que debes saber sobre sus efectos en tu salud

¿Qué tan saludable es comer ajo y qué consecuencias trae a tu cuerpo?

Su consumo excesivo puede afectar tu hígado, estómago y presión arterial.

El ajo es uno de los ingredientes más populares en la cocina a nivel mundial, su sabor intenso, su capacidad para realzar platillos y su fama como remedio natural lo han convertido en un infaltable de la gastronomía y la medicina tradicional. 

Sin embargo, recientes análisis especializados advierten que, aunque sus beneficios son reales, el consumo excesivo o inadecuado de ajo también puede tener consecuencias negativas para la salud.

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¿Aliado o enemigo? Depende de la dosis

Distintas investigaciones respaldan que el ajo posee propiedades antioxidantes, antimicrobianas e incluso efectos positivos sobre la presión arterial. 

No obstante, estos mismos estudios hacen énfasis en un punto clave: el ajo puede ser perjudicial si se consume en grandes cantidades, sobre todo en personas con condiciones médicas específicas.

Daños al hígado

El hígado, órgano esencial para la desintoxicación del organismo, es uno de los primeros en resentir los efectos de un exceso de ajo. Su consumo elevado, ya sea fresco, en extractos o suplementos puede provocar inflamación hepática y alterar sus funciones naturales.

De acuerdo con la información médica recopilada, los compuestos sulfurados del ajo, responsables de su característico aroma, pueden irritar las células hepáticas si se consumen en dosis elevadas. Esto podría generar síntomas como:

  • Náuseas
  • Fatiga persistente
  • Coloración amarillenta en piel y ojos.

Expertos recomiendan especial precaución a quienes padecen enfermedades hepáticas o consumen medicamentos metabolizados en el hígado, ya que el ajo podría interferir con su acción y agravar el cuadro clínico.

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Cuidado con el estómago: acidez, inflamación y molestias digestivas

Otro sistema vulnerable es el gastrointestinal. Aunque el ajo puede ayudar a combatir ciertos patógenos intestinales, su ingesta en exceso también puede provocar acidez, ardor estomacal, hinchazón, flatulencias e incluso vómito en los casos más severos.

En personas con padecimientos como gastritis o síndrome del intestino irritable, incluir grandes cantidades de ajo en su dieta podría agravar sus síntomas. Por ello, se recomienda que estos pacientes consulten con su médico antes de consumir ajo de forma habitual.

¿Presión arterial baja? Entonces el ajo no es para ti

Uno de los beneficios más conocidos del ajo es su capacidad para ayudar a reducir la presión arterial. Pero este efecto puede convertirse en un riesgo si se consume sin control. 

En personas con presión baja o que ya toman medicamentos para la hipertensión, el ajo podría provocar hipotensión o una reducción excesiva de la presión, lo que se traduce en mareos, debilidad o desmayos.

¿Entonces, se puede comer ajo o no?

La clave está en la moderación. Incluir ajo en tus comidas diarias no representa ningún riesgo para la mayoría de las personas adultas sanas; el problema surge cuando se consume en grandes cantidades, de manera prolongada o en forma de suplementos sin supervisión médica.

Recuerda: ni los remedios naturales están exentos de efectos secundarios.

Así que si eres fanático del ajo en salsas, alimentación o incluso en ayunas, considera que el exceso podría jugar en tu contra, ya que como con todo en la vida, la moderación es la mejor aliada de tu bienestar.

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